Un maestro de artes marciales muy sabio tenía un alumno muy impaciente. Un día, el alumno le pidió al maestro que le enseñara el secreto para ser más fuerte. El maestro, sin decir nada, tomó un cuenco de cerámica y lo rompió en pedazos. Luego, le pidió al alumno que juntara todos los fragmentos.
El alumno se frustró, pero obedeció. Después de mucho esfuerzo, logró pegar la mayoría de las piezas, pero el cuenco nunca volvió a ser el mismo. El maestro se sentó a su lado, lo miró y le dijo:
—No se trata de ser fuerte y no romperse, sino de aprender a escuchar el sonido del cuenco al romperse. El verdadero poder no reside en lo que hacemos, sino en nuestra capacidad de escuchar lo que sucede a nuestro alrededor, incluso cuando las cosas se rompen. Al escuchar, entendemos, y al entender, podemos reparar.
Analisis: Este relato nos enseña que la escucha va más allá de oír palabras. Se trata de prestar atención, de captar la esencia de las situaciones y de las personas. En la historia, el alumno solo veía la tarea de reparar el cuenco, mientras que el maestro le enseñaba a escuchar el proceso de la ruptura misma, lo cual es fundamental para una verdadera comprensión.
Me encantaría conocer tus opiniones con respecto a este relato 👇🏻👇🏻👇🏻
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